viernes, 4 de diciembre de 2009

El primer mes pasó volando (parte 2 de 2)


Semana 3. Los servicios

Habituarnos al ritmo de vida en la isla de las monjas resultó muy sencillo. Está cerca del centro de Montréal, las rutas de transporte público tienen horarios regulares y - salvo algún par de excepciones- bastante exactos, además es una de las zonas más prestigiadas de esta ciudad (pero no se preocupen, con un poco más de tiempo viviendo aquí, lograremos que esa tendencia se revierta... jejeje).

Peeero, a pesar de que es un lugar en el que las compañías se pelean por dar servicios de todo tipo a quienes vivimos en este lugar, la contratación de los medios de comunicación (internet, TV, teléfono) resultó bastante, folclórica, por llamarla de alguna manera.

Desde que llegamos, no hemos sentido que el idioma ha sido una barrera (excepto cuando no nos entienden, ja!) Pero en esta ocasión el asunto tuvo más que ver con la idea de velocidad que traemos los mexicanos comparado con el ritmo de vida más pausado con el que viven aquí. Les explico.

En principio consideramos la instalación de los servicios por la compañía A, ya que además de dar más canales en la tele, tiene un tráfico de internet más amplio. Sí, aquí cobran además de la velocidad de conexión los datos intercambiados en la red. El paquete incluye X cantidad y si te pasas te ensartan ("nunca pensé que extrañaría a Slim", dijo Luz). El chiste es que una vez firmado el contrato para la prestación del servicio, -y habiendo pasado una semana y media- nos dijeron que finalmente no nos podían conectar a internet, entonces comenzamos ver opciones y terminamos por cancelar un contrato a sólo 3 semanas de estar aquí.

Al final, nos cambiamos a la compañía B, y felizmente lo único que perdimos fue algunos días fuera de línea y lo que ganamos fue en medida de aprendizaje ya que la experiencia vivida nos enseñó que el servicio de algunas compañías prestigiadas en Canadá no necesariamente es de primer mundo.

Semana 4 ¿Y el frío?

Desde que sabíamos que íbamos a venir a vivir aquí la pregunta recurrente de todo aquél que se enteraba del maquiavélico plan era "¿y el frío?" Pues para alegría de muchos -incluidos nosotros tres- es hora de que todavía no llega. Vamos ni siquiera se asoma por ahí algo que nos haga decir "madres, a dónde nos vinimos a meter". En realidad esperamos que la temporada invernal pegue de lleno en unos cuantos días (algunos anuncian que empezando diciembre se va a soltar la nieve) pero los meteorólogos tienen fama de todo menos de precisos, así que a esperar.

Lo único que sigue asombrándonos y afectándonos un poco la percepción es que oscurece cada vez más temprano... desde las 4, ¡pelas! Fuera la luz solar, vengan los focos, así que eso es, hasta ahora, lo más difícil a lo que hemos tenido que habituarnos. Imaginen por un momento que tan pronto terminan de comer voltean a la ventana y ya valió queso, ya está completamente oscuro y que a eso se suma el sueño que da por el proceso de digestión... que la temperatura al interior es bastante agradable por la calefacción y que en el pueblo de donde vienen nomás no es así, que allá es de noche hasta las 7 (con horario de invierno)... pues ya están todos los factores para caer redondo. Yo como soy gente de mundo (de Mundo E) coopero y hago lo que veo, es decir, me cuajo y me despierto después de una siesta de un par de horas (ja). Luz, que es la titular del equipo "Marmottes du Mexique" es la encargada de marcar el ritmo de dormir y despertar. Eso ha sido lo más extraño que hemos vivido hasta ahora. De todas formas hay que salir, hacer el super y seguir con la vida, aunque nos sintamos como gallinas.


La semana 4 continuó con exploración de los alrededores y de nuestro entorno a un nivel más profundo. Por ejemplo, ya vimos dónde hay clínicas para correr en caso de emergencia -y a las cuales tenemos que ir para vacunarnos contra la influenza ("a.. hache.. ene... ele..." JAJAJA), ya sabemos dónde está el centro local de atención ciudadana y cosas por el estilo.

Es decir, ya estamos dejando de ser visitantes y nos estamos integrando poco a poco a la vida aquí. Nos esperan cursos, evaluaciones, trámites para equiparar los estudios y cosas como esas que nos van dejando lentamente inmersos en la sociedad quebeca, así nomás, sin darnos cuenta.

La verdad es que la sensación no es fácil de describir. Primero porque después de planearlo por años, nos topamos casi de repente con que ya estamos ya viviendo aquí y a sólo cuatro semanas de haber llegado, tratar de asimilar todo lo que ha significado este cambio es un poco ocioso, mejor nos vamos poco a poco. Supongo que nos irá cayendo el veinte más adelante y podré describirlo más precisamente. El único -como siempre- que está feliz de la vida y que anda como pez en el agua es Bretón. No ha mostrado un sólo signo de extrañeza, y me sorprende gratamente su capacidad de adaptarse tan rápido a todo; al final, deberíamos aprender de él esa actitud, sobre todo mientras estemos de recién llegados aquí.

Con esto termino de contarles las primeras semanas de instalación. El blog ha estado medio abandonado y la idea de que se enteren cómo nos va acá por este medio sigue viva, pero pues está visto que contar todo de forma cronológica no es necesariamente vital para que se enteren de qué va la cosa. Pretendo que las próximas entregas sean más cortas y más frecuentes. Así que continuen sintonizados.

1 comentario:

  1. Hola Luz y Kin,
    Me gusta leer su blog, parece q todo va marchando muy bien para ustedes y me da mucho gusto (así podrán convertirse en mis gurús cuando llegue por allá :P).
    Algo nos contó Isis sobre unos cursos que está tomando Luz y suena genial, la verdad es que creo q ahí está el secreto, en diversificarse y no casarse con la idea de que sólo se debe dedicar uno a una sola cosa. Bien por ustedes chicos.
    Un abrazo
    Grace

    ResponderEliminar