El origen de las especies... de migrantes

Como la ociosidad es la madre... de una vida bien padre, cinco meses fueron todo lo que necesité para que, par mes pistolets (es decir, por la autoridad que me confieren mis... pistolas), haya tomado la investidura de sociólogo especialista en migración y me pusiera a hacer una clasificación rigurosa de los tipos de migrantes que hay en Montréal.

Como a todo buen investigador, el método me dicta que lo correcto es ir de lo general a lo particular, por eso me enfoco en los migrantes latinos y pongo un especial énfasis en aquellos que venimos de Mexicalpan de las Tunas.

Este "exhaustivo estudio" (¡ja!) comprende una muestra estadística extensa y variopinta que va desde donde comienza mi círculo social y termina en mi salón de clases (es decir una decena de personas) así que nadie podrá decir que el análisis no tiene rigor científico (doble ¡ja!)

Una vez aclarado el punto, no se vale poner en tela de juicio el resultado que les voy a presentar a continuación, primero porque -tal como el 99% de las cosas que digo- no debe tomarse en serio y segundo porque ando con el ánimo de echar desmadre y de paso bajarle dos rayitas al rollo denso en la onda "les voy a decir de qué lado pega el diúrex" que últimamente he encontrado en la mayoría de los foros y blogs sobre migración donde hay participación mexica. Ahí les voy:

1. Migrante escéptico.
Este especímen, como su nombre lo indica, no cree en nada de lo que le dicen ni de lo que escucha, máxime si se trata de información non grata del lugar al que se dirige. Generalmente es una fase que se agudiza previo al landing. A este individuo las advertencias y comentarios de los puntos desagradables le hacen "lo que el viento a Juárez" es decir le vienen guangos. Tiende a idealizar el país de destino y piensa (las raras ocasiones en que lo hace) que los comentarios negativos son para todos menos para él ya que él SÍ viene preparado, no como los otros, chingao.

2. Migrante resentido
Este migrante usualmente trae el complejo de la Malinche. Como lo escribiera Carlos Fuentes es un auténtico "hijo de la chingada" -en los términos de cómo, mediante el trauma de la conquista, de alguna forma a todos los mestizos nos "chingaron"- y le urge quitarse el estigma. Aunque aquí el físico y el aspecto no son importantes, para él siguen siendo asuntos de peso. Dice que se sabe prieto, chaparro y feo y, no pasa mucho tiempo sin que insista en que "a pesar de su origen" no es menos que "ningún pinche canadiense", que él también tiene estudios y le urge demostrar que puede hacer las cosas mejor que ellos. Que sabe que en su proceso le van a "pegar" y que el -a güevo, cómo no- está listo para la madriza y para intentarlo de nuevo. Aunque le duela...

3. Migrante misterioso
Este migrante dice que "quiere ayudar" a los que vienen detrás de él, que él es un buen referente porque ya sabe cómo es Québec y que casi casi te puede decir de qué lado masca la iguana. Pero shh... no ahora mismo, porque de seguro hay conspiraciones cósmicas que pueden afectar el desempeño del recién llegado si le suelta de sopetón toda la info. La verdad lo único que quiere es mantener una magra franja de poder (que a él lo marea) que le da el simple hecho de haber llegado sólo unos cuantos meses antes que el incauto que le sigue el juego a sus misterios. No es peligroso, pero una vez descubierto el juego y se le acaba la magia ya no tiene absolutamente nada qué decir.

4. Migrante veleta
Esta especie es muy numerosa. Evidentemente se mueve para donde sople la corriente de opinión más fuerte. Generalmente su carácter débil lo hace propenso a estar de acuerdo con el tema de moda y su opinión es fácilmente moldeada por otros quienes lo utilizan para favorecer o para bloquear opiniones en los foros y los blogs. Junto con el migrante misterioso suelen complementarse por lo que el estudioso del fenómeno los encontrará usualmente formando un binomio difícil de separar.

5. Migrante ingenuo
Este merece todo mi reconocimiento porque es una mezcla interesante que reúne carácterísticas del veleta y al mismo tiempo es el némesis del escéptico. Es decir, cambia de opinión conforme la moda y además se cree todo, absolutamente todo, lo que le dicen. Su ingenuidad comienza cuando le dicen que migrar es fácil y lo cree. Sigue cuando llega y piensa que en un tiempo récord va a estar tal cual estaba en su país de origen y que además no le va a costar ningún trabajo integrarse a la nueva sociedad. Debido a sus características es presa fácil de otros tipos predadores de los cuales hablaré en otra ocasión.


Estas son las cinco grandes familias que encontré hasta el momento. Hay muchas más que ahora mismo se me escapan, pero espero en general estas agrupan a la mayoría de los que me he topado. Las otras las pienso describir más adelante -conforme las vaya encontrando- con el "rigor" que merecen, porque la verdad y aunque los verdaderos "doctos" en materia migratoria (que invariablemente se clasifican en alguna de las primeras tres categorías) me acusen de frívolo y desinformador, no creo que se me quite lo fijado ni lo criticón.